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lunes, 31 de octubre de 2011
Ordenación tradicional en Toulon, Francia
Monseñor Dominque Rey, Obispo de Frejus-Toulon, ordenó sacerdote, el pasado 23 de octubre, al reverendo Jean Christophe Pelegri con la Forma Extraordinaria del Rito Romano. La ordenación se llevó a cabo en la Catedral de Santa María, en Toulon Francia.
Ejercicios espirituales en Roma
Ejercicios espirituales en Roma, del 12 al 18 de febrero de 2012, organizados por
la Asociación Amistad Sacerdotal Summorum Pontificum.
El lugar del retiros será la Casa de ejercicios espirituales
de los PP Pasionistas de San Juan y San Pablo, Roma
Predicador: S.E.R. Mons. Athanasius Schneider
de los PP Pasionistas de San Juan y San Pablo, Roma
Predicador: S.E.R. Mons. Athanasius Schneider
La Santa Misa se celebrará con la Forma Extraordinaria del Rito Romano, los sacerdotes deberán vestir con sotana y los religiosos con el hábito se su orden. Cada sacerdote ha de llevar su propia alba, amito y cíngulo, así como los purificadores, para la celebración individual de la Santa Misa. También es necesario el propio sobrepelliz, la birreta y el Breviarium Romanum, para rezar en común las horas canónicas.
Peregrinación en Río de Janeiro
Por ver primera en muchos años, la Santa Misa en su Forma Extraordinaria volvió al Santuario de Cristo Redentor, en Brasil, con asistencia de 150 jóvenes venidos de diversas ciudades brasileñas. La Santa Misa y las confesiones estuvieron a cargo de sacerdotes de la Administración Apostólica de San Juan María Vianney.
Acción Litúrgica
Salvem a Liturgia!
Santa Misa ad Orientem en Reading, Reino Unido
Recientemente se ha celebrado en Reading, Reino Unido, un encuentro de la Provincia Británica de la Confraternidad de Sacerdotes Católicos. Han participado sesenta presbíteros de todo el país -diocesanos, dominicos, benedictinos, franciscanos de la Inmaculada, de la Fraternidad de San Pedro, de la Sociedad Nuestra Señora de la Trinidad y del Ordinariato de Nuestra Señora de Walsingham-, entre ellos los obispos de Shrewsbury y Lismore. El encuentro ha tratado sobre el sacerdocio, la belleza de la vocación sacerdotal, la liturgia (incluída una ponencia sobre la nueva traducción del misal).
La Santa Misa ha sido celebrada con la Forma Ordinaria, ad Orientem, el pasado 28 de octubre. Como puede verse en la fotografía se ha dado importancia a la celebración individual del sacerdote, en este caso un obispo, ayudado por un diácono y dos acólitos, mientras los restantes presbíteros asistían en el coro.
La tercera fotografía muestra a varios participantes en el encuentro, algunos de ellos vestidos con sotana, y como se recupera la imagen tradicional -también en su aspecto externo- del sacerdocio católico. El encuentro se ha celebrado en el Oratory School de Reading, institución fundada por el Beato John Henry Newman.
Las fotografías son del reverendo Tim Finigam.
The hermeneutic of continuity
Acción Litúrgica
Santo Padre con líderes de otras religiones adorando al Único Dios Verdadero
En el pasado encuentro de Asís, el Romano Pontífice, oró ante el Sagrado Tabernáculo, adorando a Su Divina Majestad, dando ejemplo a los líderes de otras religiones alli presentes. Nos sorprende que el gesto de adoración fue imitado por algunos otros líderes de ritos orientales así como el mismo Primado de la Iglesia Anglicana, más nos sorprende que el franciscano presente no imitara al Santo Padre arrodillándose...
domingo, 30 de octubre de 2011
Cristo Rey del Universo
Consagración universal del género humano al Sagrado Corazón de Jesús
(Ordenada por Pío XI para la Festividad de Cristo Rey)
Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano, miradnos humildemente postrados delante de vuestro altar; vuestros somos y vuestros queremos ser y a fin de poder vivir más estrechamente unidos con Vos, todos y cada uno espontáneamente nos consagramos en este día a vuestro Sacratísimo Corazón.
Muchos, por desgracia, jamás os han conocido; muchos, despreciando vuestros mandamientos, os han desechado. ¡Oh Jesús benignísimo!, compadeceos de los unos y de los otros, y atraedlos a todos a vuestro Corazón Santísimo.
¡Oh Señor!, sed Rey, no sólo de los hijos fieles que jamás se han alejado de Vos, sino también de los pródigos que os han abandonado; haced que vuelvan pronto a la casa paterna, para que no perezcan de hambre y de miseria. Sed Rey de aquellos que, por seducción del error o por espíritu de discordia, viven separados de Vos; devolvedlos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que en breve, se forme un solo rebaño bajo un solo Pastor.
Sed Rey de los que permanecen todavía envueltos en las tinieblas de la idolatría o del islamismo; dignaos atraerlos a todos a la luz de vuestro reino. Mirad, finalmente, con ojos de misericordia a los hijos de aquel pueblo que en otro tiempo fue vuestro predilecto: descienda también sobre ellos como bautismo de redención y de vida, la sangre que un día contra sí reclamaron. Conceded, ¡oh Señor!, incolumidad y libertad segura a vuestra Iglesia; otorgad a todos los pueblos la tranquilidad en el orden; haced que del uno al otro confín de la tierra no suene sino esta voz: ¡Alabado sea el Corazón Divino, causa de nuestra salud, a Él se entonen cánticos de honor y de gloria por los siglos de los siglos!
Amén.
sábado, 29 de octubre de 2011
REEDICIÓN EN ESPAÑOL DE LA OBRA EL CALVARIO Y LA MISA, DE MONS. FULTON J. SHEEN
En las próximas semanas, la editorial Arca de la Alianza sacará a la venta una reedición en español de la obra El Calvario y la Misa, del Obispo americano Mons. Fulton J. Sheen.
En esta maravillosa obra, Mons. Sheen expone con sencillez y viveza el verdadero significado de la Santa Misa. Guiándonos a través de cada una de las fases de la celebración nos muestra sus relaciones con la Crucifixión de Nuestro Señor Jesucristo, haciendo resaltar cómo las siete partes de la Misa están basadas en las siete últimas palabras de Cristo en la Cruz.
Todo aquel que esté interesado en adquirir un ejemplar, al módico precio de 5 €, lo puede solicitar en la editorial o bien a través del correo electrónico de la web amiga Benedicamus Domino: benedicamusdomino@hotmail.es
Benedicamus Domino
viernes, 28 de octubre de 2011
Obispo de Tulsa: “Me gustaría ver la liturgia llegar a ser lo que el Concilio Vaticano II quería que fuera"
Hace dos años Mons. Edward Slattery, Obispo de Tulsa, Oklahoma, Estados Unidos, decidió comenzar a celebrar Ad Orientem todas sus Misas en la Catedral. Ahora ha concedido una interesante entrevista que publica hoy The National Catholic Register, en la cual explica entre otras sus motivos para tomar aquella decisión y de la cual traducimos los siguientes apartes.
-Usted ha hecho declaraciones públicas sobre los problemas con la liturgia. ¿Qué cambios le gustaría ver?
Me gustaría ver la liturgia llegar a ser lo que el Concilio Vaticano II quería que fuera. Eso no es algo que puede de la noche a la mañana. Los obispos de los Estados Unidos que fueron los padres del concilio volvieron a casa e hicieron cambios demasiado rápido. Ellos no deberían haber visto la antigua liturgia, lo que llamamos la Misa tridentina o Misal del Papa Juan XXIII, como algo que necesitaba ser arreglado. No había nada dañado. Había un actitud de que teníamos que aplicar el Concilio Vaticano II de una manera que radicalmente afecta la liturgia.
Lo que perdimos en un corto período de tiempo fue la continuidad. La nueva liturgia debería ser claramente identificable como la liturgia de la Iglesia pre-Vaticano II. Cambios, como dar la vuelta al altar, fueron demasiado repentinos y demasiado radicales. No hay nada en los documentos del Vaticano II que justifique dichos cambios. Siempre hemos tenido la Misa de cara al pueblo, así como la misa ad orientem [“hacia oriente”, con el sacerdote y el pueblo mirando en la misma dirección]. Sin embargo, la Misa ad orientem era la norma. Estos cambios no venían del Vaticano II.
Además, no fue una sabia decisión acabar con el Latín en la Misa. ¿Cómo ocurrió eso?, yo no lo sé, pero los padres del Concilio nunca intentaron que abandonaramos el Latín. Ellos querían que nos aferrasemos a el y, al mismo tiempo, dar cabida al vernáculo, principalmente para que la gente pudiera entender las Escrituras.
-Usted mismo ha comenzado a celebrar la Misa ad orientem.
Sí, en nuestra catedral y en algunas parroquias donde los sacerdotes me lo pidan. La mayoría de las veces, digo la Misa de cara al pueblo, cuando viajo por la diócesis o cuando tengo un gran número de sacerdotes concelebrando, porque funciona mejor así.
Algunos sacerdotes han seguido mi ejemplo y celebran ad orientem también. Yo no he pedido que cambien. Prefiero guiar con el ejemplo y permitir que los sacerdotes piensen sobre ello, oren acerca de ello, lo estudien, y luego miren sus iglesias y vean si es factible hacerlo.
-Y es positivo cuando la gente está pensando y hablando acerca de la liturgia.
Cuando la gente hace de la liturgia parte de su conversación, es una buena cosa. En la medida que sacerdotes y los laicos discutan la liturgia, verán cuan importante es y cómo es una obra de Dios y no nuestra.
Pero debemos acercarnos a la liturgia de rodillas con tremenda humildad, reconociendo que no nos pertenece. Le pertenece a Dios. Es un regalo. Adoramos a Dios, no creando nuestras propias liturgias, sino recibiéndo la liturgia como nos viene de la Iglesia. La liturgia debe ser formada y moldeada por la Iglesia misma para ayudar a la gente a orar mejor. Y todos oramos mejor cuando estamos dispuestos a recibir lo que Dios ha ofrecido, en lugar de crear algo propio.
[...]
-En 2010, para celebrar el quinto aniversario de la elección del Papa Benedicto XVI, Ud. celebró una tradicional Misa latina en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington. ¿Por qué celebró Ud. esta misa, y cómo fue?
Lo hice porque no quería que un montón de gente estuviera decepcionada. El Arzobispo [Donald] Wuerl [de Washington], ahora Cardenal Wuerl, me llamó para decirme que no podían encontrar un obispo para celebrar la Misa, porque el obispo que estaba programado originalmente declinó. Fue sólo unos pocos días antes del evento, y necesitaban un reemplazo. Como las agendas de los obispos son tan apretadas, incluso el arzobispo Wuerl no lo podía hacer en un plazo tan corto. Así que, yo estaba muy emocionado de tener la oportunidad.
Yo estaba impresionado por la gran multitud, pero me resultó fácil orar, a pesar de toda la gente. Había un sentido de oración, un silencio y un compromiso que hizo más fácil para todos nosotros orar juntos.
[...]
Secretum Meum Mihi
Reivindicaciones modernistas por parte de Obispos alemanes
Algunos clérigos de la Iglesia católica alemana tienen la esperanza de que ésta flexibilice su posición de cara a los fieles divorciados. Mientras tanto, organizan misas para ofrecerles apoyo y consuelo.
Muchos católicos radicados en Alemania se sintieron frustrados cuando el Papa Benedicto XVI culminó la gira de cuatro días por su tierra natal sin responder directamente al llamado de los feligreses a una flexibilización de la Iglesia católica de cara a los creyentes divorciados, a quienes se les sigue negando la posibilidad de comulgar. El presidente federal, Christian Wulff –católico, divorciado y casado en segundas nupcias–, manifestó expresamente su deseo de que el sumo pontífice anunciara una apertura en este sentido. En vano.
La posición de la Iglesia católica no ha cambiado un ápice, con todo y que tanto el arzobispo de Friburgo y presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, Robert Zollitsch, como el cardenal de Múnich, Reinhard Marx, habían defendido una reforma en este ámbito. Durante su último discurso público en suelo germano, Ratzinger enfatizó que la Iglesia católica debía evitar dejarse llevar por las “modas” de la sociedad y buena parte de los obispos alemanes lo secundó; pero, los que no lo hicieron, empiezan a ejercer presión desde abajo.
Funcionarios y fieles en la base de la Iglesia católica alemana siguen albergando la esperanza de hacerse oír en el Vaticano y propiciar cambios apelando a iniciativas propias. Como muestra, un botón: en el arzobispado de Múnich y Freising tuvo lugar hace poco la primera misa ecuménica para creyentes divorciados en el seno de una iglesia católica. La ceremonia se celebró en el templo de Sankt Michael, en Múnich, y atrajo a alrededor de ochenta mujeres y hombres, cuyas edades oscilaban entre los treinta y los ochenta años.
Presión desde la base de la Iglesia católica
Lo que los asistentes tenían en común era su condición de divorciados o el hecho de que vivían separados de sus respectivas parejas. Y los organizadores de la misa se esmeraron en darles la bienvenida, ofreciéndoles consuelo y la posibilidad de hablar abiertamente sobre el dolor, la ira y otros sentimientos comúnmente experimentados tras la ruptura de una relación afectiva. “En este instante siento que sólo puedo enfrentar mis problemas con la ayuda de mi fe y de mi iglesia”, comentaba una de las visitantes de la misa ecuménica.
De momento, son pocos los divorciados católicos que encuentran este tipo de consuelo en las iglesias; la mayoría de ellos se siente más bien rechazada. El derecho canónico no admite el divorcio y a aquellos que se casan nuevamente tras divorciarse no se les permite comulgar. Es una posición que muchos tildan de anacrónica y ajena a la realidad. Y es que, en Alemania, el 40 por ciento de todos los matrimonios termina en divorcio.
“Yo no puedo entender como la Iglesia, que predica la misericordia, puede ser tan inclemente en este tema”, reprochaba uno de los asistentes de la misa para divorciados. Por suerte para él, ha aumentado el número de clérigos que hacen eco de su reclamo desde el corazón de la jerarquía eclesiástica. Uno de ellos es el padre jesuita Karl Kern, director de la iglesia muniquesa Sankt Martin y cofundador de la misa ecuménica para divorciados. A sus ojos, la institución debe abrirse más y extenderle sus brazos a los divorciados.
¿Hasta que la muerte los separe?
“Independientemente de las normas fijadas por el derecho canónico, creo que para estas personas es importante ver que la Iglesia no los deja desamparados, sino que les ofrece espacios para expresar sus sentimientos y pesares, espacios para que recuperen el coraje y la fuerza para dar los siguientes pasos”, señala Kern, acotando que la Iglesia debería mostrar más respeto por las decisiones de consciencia de cada individuo. A su juicio, el hecho de que la Iglesia católica le niegue la bendición a los divorciados que se casan nuevamente entraña problemas de carácter teológico nada despreciables.
Después de todo, argumenta el jesuita, perdonar a una persona y darle la posibilidad de comenzar de nuevo son virtudes cristianas muy antiguas. “También en el Nuevo Testamento puede uno encontrar cláusulas de excepción”, agrega Kern. Según él, fue esa noción de cristianismo lo que lo llevó a organizar las misas ecuménicas para divorciados –que se celebran dos veces al año en Múnich– por primera vez en una iglesia católica. Aunque el Papa se ha mostrado intransigente frente al clamor de los divorciados católicos, muchos de ellos parecen haber encontrado distintas maneras de reconciliar su fe con su estado civil.
“Yo vivo separado de mi esposa. Pero si me divorciara de ella y me sintiera preparado para tomar los sacramentos, lo haría”, decía un visitante de la misa. “El apoyo de la Iglesia, sea católica o evangélica, no es importante para mí. Lo que a mí me importa es el apoyo de Dios. Y yo no lo sé, pero creo que Dios ve esta situación desde otra perspectiva. Uno tiene permitido ser como uno es”, declaraba otra.
Secretum Meum Mihi
Ornamentos tradicionales en Catanzaro, Italia
Archidiócesis de Catanzaro-Squillace
jueves, 27 de octubre de 2011
Esplendor de la Liturgia en Oxford
Solemne Pontifical de Ordenación
Primera Misa Solemne
El pasado día 1 de octubre en la Iglesia de San Luis Gonzaga, Oxford, Mons. Bernard Longley, Arzobispo de Birmingham confirió el orden sacerdotal con la Forma Ordinaria del Rito Romano.
El altar estaba dispuesto según la catequesis del Santo Padre, con cruz central con siete candelabros por tratarse de pontifical. Destacamos el uso espléndidos ornamentos tradicionales, así como de la dalmática pontifical por parte del obispo.
El día 9 de octubre celebró su primera misa el neo sacerdote, Fr Nicholas Edmonds-Smith, en el mismo templo. En la Santa Misa Novus Ordo se emplearon de nuevo ornamentos tradicionales, y la disposición del altar respondía a los deseos del Romano Pontífice.
Discurso del Santo Padre en Asís
Discurso del Santo Padre en Asís
Queridos hermanos y hermanas,
Distinguidos Jefes y representantes de las Iglesias y Comunidades eclesiales y de las Religiones del mundo,
queridos amigos
Han pasado veinticinco años desde que el beato papa Juan Pablo II invitó por vez primera a los representantes de las religiones del mundo a Asís para una oración por la paz. ¿Qué ha ocurrido desde entonces? ¿A qué punto está hoy la causa de la paz? En aquel entonces, la gran amenaza para la paz en el mundo provenía de la división del planeta en dos bloques contrastantes entre sí. El símbolo llamativo de esta división era el muro de Berlín que, pasando por el medio de la ciudad, trazaba la frontera entre dos mundos. En 1989, tres años después de Asís, el muro cayó sin derramamiento de sangre. De repente, los enormes arsenales que había tras el muro dejaron de tener sentido alguno. Perdieron su capacidad de aterrorizar. El deseo de los pueblos de ser libres era más fuerte que los armamentos de la violencia. La cuestión sobre las causas de este derrumbe es compleja y no puede encontrar una respuesta con fórmulas simples. Pero, junto a los factores económicos y políticos, la causa más profunda de dicho acontecimiento es de carácter espiritual: detrás del poder material ya no había ninguna convicción espiritual. Al final, la voluntad de ser libres fue más fuerte que el miedo ante la violencia, que ya no contaba con ningún respaldo espiritual. Apreciamos esta victoria de la libertad, que fue sobre todo también una victoria de la paz. Y es preciso añadir en este contexto que, aunque no se tratara sólo, y quizás ni siquiera en primer lugar, de la libertad de creer, también se trataba de ella. Por eso podemos relacionar también todo esto en cierto modo con la oración por la paz.
Pero, ¿qué ha sucedido después? Desgraciadamente, no podemos decir que desde entonces la situación se haya caracterizado por la libertad y la paz. Aunque no haya a la vista amenazas de una gran guerra, el mundo está desafortunadamente lleno de discordia. No se trata sólo de que haya guerras frecuentemente aquí o allá; es que la violencia en cuanto tal siempre está potencialmente presente, y caracteriza la condición de nuestro mundo. La libertad es un gran bien. Pero el mundo de la libertad se ha mostrado en buena parte carente de orientación, y muchos tergiversan la libertad entendiéndola como libertad también para la violencia. La discordia asume formas nuevas y espantosas, y la lucha por la paz nos debe estimular a todos nosotros de modo nuevo.
Tratemos de identificar más de cerca los nuevos rostros de la violencia y la discordia. A grandes líneas –según mi parecer– se pueden identificar dos tipologías diferentes de nuevas formas de violencia, diametralmente opuestas por su motivación, y que manifiestan luego muchas variantes en sus particularidades. Tenemos ante todo el terrorismo, en el cual, en lugar de una gran guerra, se emplean ataques muy precisos, que deben golpear destructivamente en puntos importantes al adversario, sin ningún respeto por las vidas humanas inocentes que de este modo resultan cruelmente heridas o muertas. A los ojos de los responsables, la gran causa de perjudicar al enemigo justifica toda forma de crueldad. Se deja de lado todo lo que en el derecho internacional ha sido comúnmente reconocido y sancionado como límite a la violencia. Sabemos que el terrorismo es a menudo motivado religiosamente y que, precisamente el carácter religioso de los ataques sirve como justificación para una crueldad despiadada, que cree poder relegar las normas del derecho en razón del «bien» pretendido. Aquí, la religión no está al servicio de la paz, sino de la justificación de la violencia.
A partir de la Ilustración, la crítica de la religión ha sostenido reiteradamente que la religión era causa de violencia, y con eso ha fomentado la hostilidad contra las religiones. En este punto, que la religión motive de hecho la violencia es algo que, como personas religiosas, nos debe preocupar profundamente. De una forma más sutil, pero siempre cruel, vemos la religión como causa de violencia también allí donde se practica la violencia por parte de defensores de una religión contra los otros. Los representantes de las religiones reunidos en Asís en 1986 quisieron decir –y nosotros lo repetimos con vigor y gran firmeza– que esta no es la verdadera naturaleza de la religión. Es más bien su deformación y contribuye a su destrucción. Contra eso, se objeta: Pero, ¿cómo sabéis cuál es la verdadera naturaleza de la religión? Vuestra pretensión, ¿no se deriva quizás de que la fuerza de la religión se ha apagado entre vosotros? Y otros dirán: ¿Acaso existe realmente una naturaleza común de la religión, que se manifiesta en todas las religiones y que, por tanto, es válida para todas? Debemos afrontar estas preguntas si queremos contrastar de manera realista y creíble el recurso a la violencia por motivos religiosos. Aquí se coloca una tarea fundamental del diálogo interreligioso, una tarea que se ha de subrayar de nuevo en este encuentro. A este punto, quisiera decir como cristiano: Sí, también en nombre de la fe cristiana se ha recurrido a la violencia en la historia. Lo reconocemos llenos de vergüenza. Pero es absolutamente claro que éste ha sido un uso abusivo de la fe cristiana, en claro contraste con su verdadera naturaleza. El Dios en que nosotros los cristianos creemos es el Creador y Padre de todos los hombres, por el cual todos son entre sí hermanos y hermanas y forman una única familia. La Cruz de Cristo es para nosotros el signo del Dios que, en el puesto de la violencia, pone el sufrir con el otro y el amar con el otro. Su nombre es «Dios del amor y de la paz» (2 Co 13,11). Es tarea de todos los que tienen alguna responsabilidad de la fe cristiana el purificar constantemente la religión de los cristianos partiendo de su centro interior, para que – no obstante la debilidad del hombre – sea realmente instrumento de la paz de Dios en el mundo.
Si bien una tipología fundamental de la violencia se funda hoy religiosamente, poniendo con ello a las religiones frente a la cuestión sobre su naturaleza, y obligándonos todos a una purificación, una segunda tipología de violencia de aspecto multiforme tiene una motivación exactamente opuesta: es la consecuencia de la ausencia de Dios, de su negación, que va a la par con la pérdida de humanidad. Los enemigos de la religión –como hemos dicho– ven en ella una fuente primaria de violencia en la historia de la humanidad, y pretenden por tanto la desaparición de la religión. Pero el «no» a Dios ha producido una crueldad y una violencia sin medida, que ha sido posible sólo porque el hombre ya no reconocía norma alguna ni juez alguno por encima de sí, sino que tomaba como norma solamente a sí mismo. Los horrores de los campos de concentración muestran con toda claridad las consecuencias de la ausencia de Dios.
Pero no quisiera detenerme aquí sobre el ateísmo impuesto por el Estado; quisiera hablar más bien de la «decadencia» del hombre, como consecuencia de la cual se produce de manera silenciosa, y por tanto más peligrosa, un cambio del clima espiritual. La adoración de Mamón, del tener y del poder, se revela una anti-religión, en la cual ya no cuenta el hombre, sino únicamente el beneficio personal. El deseo de felicidad degenera, por ejemplo, en un afán desenfrenado e inhumano, como se manifiesta en el sometimiento a la droga en sus diversas formas. Hay algunos poderosos que hacen con ella sus negocios, y después muchos otros seducidos y arruinados por ella, tanto en el cuerpo como en el ánimo. La violencia se convierte en algo normal y amenaza con destruir nuestra juventud en algunas partes del mundo. Puesto que la violencia llega a hacerse normal, se destruye la paz y, en esta falta de paz, el hombre se destruye a sí mismo.
La ausencia de Dios lleva al decaimiento del hombre y del humanismo. Pero, ¿dónde está Dios? ¿Lo conocemos y lo podemos mostrar de nuevo a la humanidad para fundar una verdadera paz? Resumamos ante todo brevemente las reflexiones que hemos hecho hasta ahora. He dicho que hay una concepción y un uso de la religión por la que esta se convierte en fuente de violencia, mientras que la orientación del hombre hacia Dios, vivido rectamente, es una fuerza de paz. En este contexto me he referido a la necesidad del diálogo, y he hablado de la purificación, siempre necesaria, de la religión vivida. Por otro lado, he afirmado que la negación de Dios corrompe al hombre, le priva de medidas y le lleva a la violencia.
Junto a estas dos formas de religión y anti-religión, existe también en el mundo en expansión del agnosticismo otra orientación de fondo: personas a las que no les ha sido dado el don de poder creer y que, sin embargo, buscan la verdad, están en la búsqueda de Dios. Personas como éstas no afirman simplemente: «No existe ningún Dios». Sufren a causa de su ausencia y, buscando lo auténtico y lo bueno, están interiormente en camino hacia Él. Son «peregrinos de la verdad, peregrinos de la paz». Plantean preguntas tanto a una como a la otra parte. Despojan a los ateos combativos de su falsa certeza, con la cual pretenden saber que no hay un Dios, y los invitan a que, en vez de polémicos, se conviertan en personas en búsqueda, que no pierden la esperanza de que la verdad exista y que nosotros podemos y debemos vivir en función de ella. Pero también llaman en causa a los seguidores de las religiones, para que no consideren a Dios como una propiedad que les pertenece a ellos hasta el punto de sentirse autorizados a la violencia respecto a los demás. Estas personas buscan la verdad, buscan al verdadero Dios, cuya imagen en las religiones, por el modo en que muchas veces se practican, queda frecuentemente oculta. Que ellos no logren encontrar a Dios, depende también de los creyentes, con su imagen reducida o deformada de Dios. Así, su lucha interior y su interrogarse es también una llamada a a nosotros creyentes, a todos los creyentes, a purificar su propia fe, para que Dios –el verdadero Dios– se haga accesible. Por eso he invitado de propósito a representantes de este tercer grupo a nuestro encuentro en Asís, que no sólo reúne representantes de instituciones religiosas. Se trata más bien del estar juntos en camino hacia la verdad, del compromiso decidido por la dignidad del hombre y de hacerse cargo en común de la causa de la paz, contra toda especie de violencia destructora del derecho. Para concluir, quisiera aseguraros que la Iglesia católica no cejará en la lucha contra la violencia, en su compromiso por la paz en el mundo. Estamos animados por el deseo común de ser «peregrinos de la verdad, peregrinos de la paz».
Os doy las gracias
Benedictus PP XVI
Oremos por el Papa y el encuentro de Asís
Oremos para que el Romano Pontífice, Vicario de Cristo en la Tierra, reafirme en Asís, que la única Paz brota de Cristo muerto en la Cruz y resucitado. Que sea el faro entre las tinieblas de la oscuridad del resto de religiones, sea estímulo para la conversión, y sea la columna pétrea de la Fe.
miércoles, 26 de octubre de 2011
Rito Dominicano en Oxford
Rito Dominicano que se celebró recientemente en la Casa Dominicana de Blackfriars en Oxford, Reino Unido, como parte de la peregrinación anual de Latin Mass Society, en honor de los mártires católicos de Oxford. El celebrante fue el padre. Richard Conrad, OP, el diácono P. Thomas Crean OP, y el subdiácono Fr Gregory Pearson OP. Las fotos son del Dr. Joseph Shaw.