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sábado, 23 de febrero de 2013
¡Basta!
Con un sentimiento encontrado nos hallamos en estos días. Un asedio al Romano Pontífice por parte algunos Cardenales y Obipos Modernistas, defendiendo herejías y doctrinas contrarias a la doctrina católica. ¡Basta! Judas, lobos disfrazados de corderos. Y aquí nadie les dice nada, si han tenido que desdecir a Müller, el Prefecto de Doctrina de la Fe... Vaya guardián de la Fe, que le abre la puerta al lobo, por muy disfrazado de cordero que vaya.
Esto es un asedio, una guerra que se recrudece entre la Santa Doctrina Católica y la herejía. Los obispos alemanes, no merecen el más mínimo respeto, aprobando la píldora del día después, mientras Pedro se haya frágil, ¡qué deslealtad! Ya son tres los cardenales, vomitivos, que abogan por la ordenación de mujeres y la derogación del celibato. Los alemanes Meisner, Kasper, y el irlandés O'Brien, pero lo peor es que hay más.
Aquí rara vez hemos mostrado nuestra repugna ante estos herejes camuflados de católicos, pero ante esta hora crucial para el futuro de la Iglesia, no podemos sino levantar la voz y decir, ¡basta!, si no están de acuerdo con la doctrina católica, ¡váyanse!
Tampoco somos lefebvristas, pero que la FSSPX reciba más ataques siendo plenamente católicos y discutir sólo asuntos del Concilio Vaticano II, nada DOCTRINAL, y se vean asediados, y que esta panda de Herejes y protestantes campen a sus anchas, ¡BASTA! Siempre el bien es perseguido, mientras el mal campa a sus anchas, la ley del seguimiento de Cristo, lo que nos da la certeza de vivir en lo cierto.
Creemos poder afirmar que en este cónclave van a entrar un número enorme de impresentables: herejes y tocados por la pederastia. Entendemos el agotamiento del Santo Padre, con este panorama tan desolador, si los enemigos están dentro, no fuera como cabría esperar.
lunes, 18 de febrero de 2013
MONSEÑOR LUIGI NEGRI: "PERCEPCIÓN DE SOLEDAD Y DE UNA NO ADECUADA COLABORACIÓN CON EL PAPA"
Presentamos una entrevista que el vaticanista Paolo Rodari ha realizado al Arzobispo Luigi Negri sobre la renuncia del Santo Padre, la situación actual de la Iglesia y el futuro Papa. Ya unos días antes, y después de conocer la decisión de Benedicto XVI, el prelado había afirmado: “La Iglesia tiene ahora necesidad de un Papa que proceda, de modo riguroso y veloz, a una reforma intelectual y moral de la Iglesia misma, pero en primer lugar del episcopado y del clero”.
Monseñor Luigi Negri, recientemente nombrado arzobispo de Ferrara-Comacchio, historiador de la Iglesia durante años en la Universidad Católica de Milán. Partimos de lo que tiene de positivo esta sorpresiva renuncia del Papa Benedicto XVI.
Mucho, sobre todo porque se trata de un acontecimiento.
¿Qué tipo de acontecimiento?
Sustancialmente religioso. El Papa da el ejemplo a todos: con la renuncia dice que la Iglesia debe ser servida.
¿Retirarse significa servir?
Ciertamente. Ha comprendido que las fuerzas físicas ya no lo sostienen y ha decidido dejar lugar a otro. Pero está también el signo de gran humildad y gran realismo, después de un pontificado marcado por la propuesta de una auténtica experiencia de fe centrada en la razón.
¿Hay sólo dificultades físicas detrás de la renuncia?
Podemos decir que el contexto en el que ha madurado está evidentemente caracterizado por un alto nivel de problematicidad, en el cual se tiene la percepción de una soledad del Papa, unidad a una inadecuada colaboración. Por eso considero que se abre un problema no sólo para el sucesor sino para todos.
¿Está diciendo que la Iglesia está dividida y que será difícil de aquí en adelante?
Estoy haciendo referencia a los conceptos muy serios que ha expresado el mismo Benedicto XVI tres días atrás en la basílica vaticana: basta de división, que se abra el tiempo de la unidad.
¿A qué se refería el Papa?
Al clima en general. Es un momento de contraposiciones dramáticas a nivel también cultural y social. En la Iglesia se verifican cada vez que prevalecen, entre las diversas sensibilidades, prioridades políticas.
¿Qué se necesita entonces?
Una sola cosa: conversión. La conversión de todos a la unidad que brota de la presencia de Cristo. Si todo parte de Cristo, nace la comunión en la que cada uno es portador de un don para el otro.
¿Cómo llegar a esta unidad?
Debe haber una gran reforma sobre todo intelectual, antes que moral. Primero el reconocimiento de que la Iglesia es una y está unida porque reconoce a Cristo presente. A este reconocimiento seguirá luego una reforma moral, la cual, sin la unidad que acabo de mencionar, se convierte en moralismo.
Difícil de entender…
No, muy fácil. La Iglesia, los obispos y el pueblo cristiano, todos juntos, deben volver a seguir lo mismo. Es decir, al magisterio del Papa y de la misma Iglesia. En este seguimiento unitario las diversas sensibilidades no pierden la propia identidad sino que sirven juntas a la misma causa.
¿Por qué, hasta el día de hoy, están quienes no siguen el Magisterio?
Bueno, sí. Hay magisterios paralelos que han ido y van por caminos que llevan a la división. Por el contrario, se necesita la humildad de volver a seguir todos lo mismo. Sólo de aquí se puede llegar a aquella reforma moral que desea realmente también el Papa. Demasiadas veces en la Iglesia se oye incluso a sacerdotes que predican las propias ideas y no las verdades de la fe. En cambio, los sacerdotes deberían volver a estudiar el magisterio y la doctrina social de la Iglesia. En las universidades teológicas, en los seminarios, se necesitaría imponer el estudio del magisterio de modo que, quien es ordenado, sepa bien lo que, a su vez, deberá enseñar.
¿Una tarea también para los laicos?
Ciertamente. Los sacerdotes deben enseñar a los laicos qué es correcto para la Iglesia y qué es equivocado, no infundir confusión. No por casualidad los valores no negociables han sido recordados varias veces por el Papa. Noto, por ejemplo, una gran pobreza de los temas no negociables en los programas políticos. Para mí es una falta grave. Culpa de los políticos, ciertamente, pero también la Iglesia debería hablar de esto con más fuerza y eficacia. No es un tema sobre el que se pueda negociar. Si la Iglesia dice en alta voz aquello que cree y que considera que es correcto para todo hombre, entonces también la clase política es ayudaba a reconocer. Si la Iglesia, en cambio, permanece tibia, es inevitable que lo sean también los políticos y sus programas de gobierno.
¿Qué características debe tener, en su opinión, el sucesor de Joseph Ratzinger?
Debe ser un padre del pueblo, un pastor, capaz de vivir un servicio absoluto hacia todos, valorizando la comunión.
Fuente: La Buhardilla de Jerónimo
martes, 12 de febrero de 2013
Sobre la renuncia Pontificia
Queremos recomendar la lectura de un artículo de la web amiga Acción Litúrgica sobre la renuncia del Santo Padre, nos parece que refleja los temores de muchos, muchísimos católicos. La conciencia de vivir un momento crucial, y en una crisis del Papado como nunca se había visto. En breve publicaremos algunas reflexiones nuestras también sobre este asunto.
Acción Litúrgica
lunes, 11 de febrero de 2013
El Santo Padre Benedicto XVI presenta su renuncia a la Sede de San Pedro
Hoy el Santo Padre Benedicto XVI en las cuales haen un acto histórico, ha anunciado que renuncia al cargo que le fue confiado el 19 de abril de 2005. Desde el estupor de esta noticia, que no esperábamos fuese cierta, pedimos a Dios que nos dé su luz y fuerza, que si ha de ser elegido un nuevo Vicario de Cristo en la Tierra, nos muestre su misericordia. Bien es cierto que vemos la barca de Pedro sumida en una tempestad cada vez más recia, y ahora, cuando los primeros destellos del sol se dejaban ver en el cielo de Roma, vuevle la negrura de la noche. Esperemos que llegue pronto la calma, y que brille el sol de nuevo en el Oriente de nuestra Santa Iglesia.
Nos sentimos huérfanos, aún más que si el Papa hubiese volado a la Casa del Padre, es un sentimiento de dolor, pero también de temor, como los apostoles escondidos en el cenáculo tras la muerte del Maestro. Confiamos en el Espíritu Santo, y que no dejará que las asechanzas del Enemigo malo haga zozobrar a su Iglesia, que las oscuridades del modernismo no ahoguen el verde retoño de la auténtica primavera de la Iglesia, ser lo que siempre fue. Recemos por nuestro Santo Padre, y por el nuevo Papa.
Les ofrecemos las palabras de Benedicto XVI:
"Queridísimos hermanos, los he convocado a este consistorio no solo para las tres canonizaciones, sino también para comunicarles una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado repetidamente mi conciencia delante de Dios, he llegado a la certeza de que mis fuerzas, por la edad avanzada, no son ya las necesarias para ejercer de modo adecuado el ministerio petrino.
Soy bien consciente de que este ministerio, por su esencia espiritual, puede realizarse no solo con las obras y las palabras, sino también sufriendo y rezando. No obstante, en el mundo de hoy, sujeto a rápidos cambios y agitado por cuestiones de gran importancia para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el evangelio es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del alma.
Vigor que en los últimos meses me ha disminuido de tal manera que debo reconocer mi incapacidad para administrar bien el ministerio a mí confiado. Por esto, buen sabedor de la gravedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, sucesor de San Pedro, confiado a mí por mano de los cardenales el 19 de abril del 2005. De modo que, desde el 28 de febrero del 2013, a las 20, la sede de Roma y la sede de San Pedro quedará vacante y deberá convocarse, por aquellos a quienes compete, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.
Queridísimos hermanos, les agradezco de todo corazón por todo el amor y el trabajo con el que han llevado conmigo el peso de mi ministerio. Y les pido perdón por todos mis defectos. Ahora, confiamos la Santa Iglesia al cuidado del Sumo Pastor, nuestro Señor Jesucristo, e imploramos a su santa Madre María para que asista con su bondad materna a los padres cardenales en la elección del nuevo Sumo Pontífice. Respecto a mí, quiero servir también en el futuro a la Santa Iglesia de Dios con todo mi corazón, con una vida dedicada a la oración".
BENEDICTUS PP. XVI
jueves, 7 de febrero de 2013
El nuevo Arzobispo de Portland sobre la Santa Misa Tradicional
A este respecto ha formulado unas interesantes declaraciones que reseñamos:
"Aprecio la liturgia tridentina. Soy cien por cien producto del Concilio Vaticano II, me crié en su estela y toda mi formación fue postconciliar. Por lo tanto, mi afición por la liturgia tridentina no se basa en la nostalgia. Después de haberla conocido, he sentido un gran aprecio por ella.
Lo que despertó mi interés fue el motu proprio Summorum Pontificum, del Papa Benedicto, en el año 2007, otorgando mayor libertad a los sacerdotes para celebrar la forma más antigua de la liturgia. Pensé, "soy un obispo de la Iglesia Católica, y es mi responsabilidad saber celebrar la Misa según ambos ritos el nuevo y el viejo". Yo he aprendido la liturgia tridentina y desde entonces he celebrado tres Misas pontificales, y Misas para la Fraternidad de San Pedro, y para el Instituto de Cristo Rey, en Florencia, Italia.
Yo creo que Benedicto XVI quiere la Forma Extraordinaria de la Misa para influir en la reforma litúrgica, para conducir a una reforma de la reforma, porque en algunas zonas nos hemos salido del camino. El quiere la liturgia preconciliar para ayudar a formar la nueva liturgia, y ayudar a reconciliarnos con el pasado. Si la Misa Tridentina una vez fue hermosa, ahora no puede ser perjudicial.
La Misa Tridentina sin duda tiene muchos puntos fuertes; por ejemplo, destaca claramente la naturaleza sacrificial de la Misa. También atrae a muchos jóvenes que no crecieron con ella. Están descubriendo su herencia y tradición. Les está proporcionando algo que no encuentran en la forma ordinaria. Debemos prestar atención a eso.
Cuando llegue a Portland, veré el estado en que se encuentra la Misa Tridentina y si hay grupos estables que la deseen. Como su arzobispo, voy a hacer todo lo que pueda para hacerla posible".
El nuevo Arzobispo, hasta la fecha Obispo de Marquette, también se ha referido a la música en la liturgia. Mons. Sample recuerda que introducir canciones en la Misa no es la visión de la Iglesia. No se trata de introducir canciones en la Liturgia, sino de que la Liturgia sea cantada: "La Misa está pensada para ser cantada. Los textos de la Misa están destinados a ser cantados. Y el canto gregoriano se adapta mejor a la Misa".
Muchos obispos, y sobre todo de España deberían tomar nota, esto es un obispo católico, no lo que solemos ver por ahí...