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sábado, 30 de agosto de 2014

"La comunión en la mano no tiene nada que ver con la Iglesia primitiva, es de origen calvinista" Mons. Schneider


Mons. Athanasius Schneider tiene 50 años, es ucraniano y desde 2006 ha ejercido como obispo auxiliar en dos diócesis de Kazajistán, una ex república soviética con un 26% de población cristiana, mayoritariamente ortodoxa pero con una pujante comunidad católica.

Recientemente, monseñor Schneider, que es experto en Patrística e Iglesia primitiva, explicó en la emisora de Radio María en el sur del Tirol las diferencias entre la forma de comulgar en la Iglesia primitiva y la actual práctica de la comunión en la mano.

Según afirmó, esta costumbre es "completamente nueva" tras el Concilio Vaticano II y no hunde sus raíces en los tiempos de los primeros cristianos, como se ha sostenido con frecuencia.

En la Iglesia primitiva había que purificar las manos antes y después del rito, y la mano estaba cubierta con un corporal, de donde se tomaba la forma directamente con la lengua: "Era más una comunión en la boca que en la mano", afirmó Schneider. De hecho, tras sumir la Sagrada Hostia el fiel debía recoger de la mano con la lengua cualquier mínima partícula consagrada. Un diácono supervisaba esta operación.

Jamás se tocaba con los dedos: "El gesto de la comunión en la mano tal como lo conocemos hoy era completamente desconocido" entre los primeros cristianos.

Aun así, se abandonó aquel rito por la administración directa del sacerdote en la boca, un cambio que tuvo lugar "instintiva y pacíficamente" en toda la Iglesia. A partir del siglo V, en Oriente, y en Occidente un poco después. El Papa San Gregorio Magno en el siglo VII ya lo hacía así, y los sínodos franceses y españoles de los siglos VIII y IX sancionaban a quien tocase la Sagrada Forma.

Según monseñor Schneider, la práctica que hoy conocemos de la comunión en la mano nació en el siglo XVII entre los calvinistas, que no creían en la presencia real de Jesucristo en la eucaristía. "Ni Lutero", que sí creía en ella aunque no en la transustanciación, "lo habría hecho", dijo el obispo kazajo: "De hecho, hasta hace relativamente poco los luteranos comulgaban de rodillas y en la boca, y todavía hoy algunos lo hacen así en los países escandinavos".


Religión en Libertad

miércoles, 13 de agosto de 2014

Lo bueno perseguido, lo malo reconocido y resarcido...

Primera Misa en la que concelebra D'Escoto tras su rehabilitación canónica

El Sr. Obispo de Roma ha tenido a bien resarcir con la supresión de la suspensión a divinis al sacerdote Miguel D’Escoto Brockmann, comunista, miembro del gobierno de Nicaragua, baluarte de la teología de la liberación, en fin un hereje de manual.

En lugar de haberse convertido a la ortodoxia sigue pertinaz en el error y en la basura de su apoyo a la dictadura cubana entre otras lindezas.

¿Para cuándo el obispo de Roma y sus repugnantes secuaces dejan de perseguir al Padre Stefano Manelli y a los Franciscanos de la Inmaculada? Son tradicionalistas, son malos por eso. ¡Bendito sea Dios! Sigan confundiendo al pueblo santo de Dios con esas basuras de la teología de la liberación.

Ya no guardamos silencio ante la herejía aposentada en la Roma podrida.

sábado, 2 de agosto de 2014

Esplendor de la Liturgia en Roma






El pasado 8 de junio, Pentecostés, su Eminencia el Cardenal Gualtiero Bassetti, Arzobispo de Perugia-Città della Pieve celebró una Santa Misa Novus Ordo, donde tomó posesión del Título de Santa Cecilia in Trastevere, en Roma.

Destacamos el uso de esplédidos onamentos tradicionales de corte romano, así como del uso de la dalmática pontifical por parte del Cardenal Bassetti y cardenales y obispos concelebrantes.

Los grandes Fundadores de Órdenes y sus fundaciones




Escasos días pasan de la celebración de dos gigantes de la Iglesia, santos fundadores, San Ignacio de Loyola y San Alfonso María de Ligorio.
Dos grandes maestros de vida espiritualidad, de la auténtica espiritualidad católica, no de sincretismos de cloaca . Dos lumbreras en sus tiempos, de nobles familias, que supieron conquistar con la cruz el cielo. 
Fundadores de sendas Órdenes, la Compañía de Jesús uno, la Congregación del Santísimo Redentor el otro. 

Órdenes que acrisolaron en Cristo y para la Iglesia la misión de evangelizar, ornando la Iglesia de grandes santos como Francisco Javier, Francisco de Borja, Luis Gonzaga, Claudio de la Colombiere, Estanislao de Kostka, y un largo etcetera de jesuitas santos, por el otro lado, Juan Neumann, Gerardo Mayela, Francisco Javier Seelos, etc... Ahora son ambas estercoleros doctrinales, donde la herejía es el pan de cada día.
Tantos esfuerzos de sus fundadores, tanta excelencia en sus escritos (que merecieron que fuese proclamado doctor de la Iglesia a San Alfonso María de Ligorio), que es ahora pisoteada, repudiada, despreciada por sus hijos, indignos hijos de tales Santos Fundadores.

La anti Iglesia en estado puro, la rebeldía pertinaz contra el dogma católico, no pocas veces aplaudido por la Roma descompuesta en algo que no es la Roma Eterna. La visión de Nerón tocando el arpa mientras comtempla arder Roma, es lo que la jerarquía modernista, aplaudiendo y diciendo"vivimos la mejor época de la Iglesia" contemplan el incendio de la Santa Iglesia, mientras se reduce a cenizas todo. Es desolador. Ciertamente confiamos en las promesas del Redentor, de ese al que ya no conocen los redentoristas, en aras de la nueva religión sincrética mundial. 

Cristo vino a morir en una cruz, para nada, da igual si eres judío (amigo del nuevo Obispo de Roma), protestante con los errores pertinaces, musulmán masacrando católicos, o lo que seas, todos nos salvamos allí donde estemos...

La Compañía de Jesús,antes baluarte de fidelidad a la Iglesia otrora, ahora es la casa del enemigo de la Iglesia, cuyos miembros son deplorables, salvándose unos cuantos buenos jesuitas, cada vez menos. 
La Congregación de Santísimo Redentor, otrora evangelizadora de las zonas rurales, con sus misiones populares, ahora asquerosas manifestaciones de su mentalidad corrompida y su basura doctrinal, alejados totalmente de su fundador el santo obispo napolitano. Se salvan algunos, en España ninguno...

Son ambas instituciones irreconocibles para sus fundadores, con una misión adulterada, y una doctrina imbuida en el error teológico, infectadas de un modernismo cómodo y de vagancia. Vestidos de cualquier cosa sus miembros, parecen solterones asqueados de la vida que llevan. Así les va de bien.

La pena es que muchas de las Órdenes antiguas, por no decir todas, viven una decadencia bochornosa. Algunas harían más bien a la Iglesia desapareciendo para siempre.