Hace unos días, un "enajenado" atacó al Arzobispo de Florencia, Mons. Giuseppe Betori y a su secretario. El Arzobispo salió ileso, pero su secretario recibió un disparo en el abdomen.
La noticia es escalofriante, y denota la creciente campaña anticatólica. Me consterna que cada vez que algún individuo ataca, agrede o asesina a un católico, curiosamente, sea un "desequilibrado", un "enajenado"... Palabras semejantes se usaba para calificar a quienes en diversos momentos de la República Española, se atacaban a religiosas o se quemaban iglesias y conventos... Siempre son enajenados siempre, qué casualidad...
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