Páginas

viernes, 13 de enero de 2012

Lo que enseñan en la Universidad de Comillas



El blog amigo Acción Litúrgica, trae un interesante artículo sobre unas palabras de un profesor jesuita plubicadas en la página web de la Universidad Pontificia de Comillas, en las que con una mala intención personal, critica sin criterio alguno la Forma Extraordinaria del Rito Romano.
 
 
La Iglesia en España tiene una idiosincrasia muy curiosa. Es capaz de reunir a cientos de miles de personas alrededor del Papa, pero en muchas de sus facultades de teología se enseña lo contrario a su Magisterio. 

Vamos a tomar, como ejemplo, lo que afirman los dos últimos Papas sobre la Misa tradicional:

Beato Juan Pablo II:
“Se habrá de respetar en todas partes, la sensibilidad de todos aquellos que se sienten unidos a la tradición litúrgica latina, por medio de una amplia y generosa aplicación de las normas emanadas hace algún tiempo por la Sede Apostólica, para el uso del Misal Romano según la edición típica de 1962”
“Las amplias y profundas enseñanzas del Concilio Vaticano II requieren un nuevo empeño de profundización, en el que se clarifique plenamente la continuidad del Concilio con la Tradición…” 
(Motu Proprio Ecclesia Dei adflicta de S.S. Juan Pablo II)".

Papa Benedicto XVI:
"La Sagrada Liturgia, celebrada según el uso romano, enriqueció no solamente la fe y la piedad, sino también la cultura de muchas poblaciones. Consta efectivamente que la liturgia latina de la Iglesia en sus varias formas, en todos los siglos de la era cristiana, ha impulsado en la vida espiritual a numerosos santos y ha reforzado a tantos pueblos en la virtud de la religión y ha fecundado su piedad" (motu proprio Summorum Pontificum).

“No hay ninguna contradicción entre una y otra edición del Missale Romanum. En la historia de la Liturgia hay crecimiento y progreso pero ninguna ruptura. Lo que para las generaciones anteriores era sagrado, también para nosotros permanece sagrado y grande y no puede ser de improviso totalmente prohibido o incluso perjudicial. Nos hace bien a todos conservar las riquezas que han crecido en la fe y en la oración de la Iglesia y de darles el justo puesto” (Carta a los Obispos que acompaña al Motu Proprio Summorum Pontificum).

"Los textos del Misal Romano del Papa Pablo VI y del Misal que se remonta a la última edición del Papa Juan XXIII... son dos usos del único Rito romano, que se colocan uno al lado del otro. Ambas formas son expresión de la misma lex orandi de la Iglesia. Por su uso venerable y antiguo, la Forma extraordinaria debe conservarse con el honor debido" (Instrucción Universae Ecclesiae).

Ahora lean ustedes el presente enlace de la Universidad Pontificia de Comillas, en Madrid, España:

Texto divulgado por la Universidad Pontificia de Comillas

El autor, el profesor jesuíta don Juan Manuel Martín-Moreno, traza  en la primera parte del texto una comparación entre la Liturgia anterior y posterior a la reforma de Pablo VI. No solo insiste en la hermenéutica de la ruptura, ya tan manida y superada, sino que caricaturiza hasta el extremo la liturgia anterior a la reforma presentándola casi como un culto pagano, con fieles supersticiosos e ignorantes que iban de altar en altar y de imagen en imagen. Para el autor nada hay bueno antes de la reforma de Pablo VI y nada hay malo después de ella. Por supuesto se silencian los esfuerzos de grandes Papas como San Pío X, Pío XII o Juan XXIII en la ordenación de la liturgia y en el fomento de la participación de los fieles.

Sin el más mínimo criterio científico, como cabría esperar de un profesor universitario, narra sus recuerdos de la Misa mezclando sin pudor rúbricas, medias verdades, juicios personales y subjetivos, costumbres populares y casos de mala praxis por parte de algunos fieles o sacerdotes, sin referencia al contexto socio-cultural en el que se desarrollaban. Todo extremadamente tendencioso incluso en el uso del lenguaje, del que entresacamos algunos ejemplos:

"Las liturgias se tenían en un latín que nadie comprendía".
"Había la posibilidad de una misa de sesión continua...".
"Las misas eran de cara a la pared".
"En las iglesias se multiplicaban las imágenes con sus altarcitos, donde la gente satisfacía su piedad privada".
"(Había que) pronunciar exactamente las palabras de la consagración que se consideraba como un conjuro mágico que dejaba de surtir efecto si se alteraba el sonido de alguna de sus letras".
"Se perpetuaban las diferencias sociales en el culto, mediante puestos reservados en la iglesia para los ricos y notables".
"El ritualismo de unos gestos mecánicos acompañaba a unas palabras en un idioma ininteligible".
"(La reforma litúrgica) resaltó la estética de la sencillez y de la verdad frente a simulaciones barrocas, puntillas, floripondios y ostentaciones".

Por supuesto el texto, en su inelegancia, es incapaz de reconocer ningún aspecto positivo en la forma litúrgica tradicional, como podría ser la importancia que se da al misterio trinitario, la mayor riqueza del ofertorio o la reverencia a la Eucaristía. 

Y no es que no se pueda hacer un análisis crítico del Vetus Ordo, como también los hay del Novus Ordo, y de bastante más enjundia. Pero es desasosegador enterarnos por un padre jesuíta que lo que oficiaban sobre el altar San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier era como un conjuro mágico,  y aún más triste resulta la falta de respeto y afecto a la piedad de las personas que nos han precedido y trasmitido la fe. Sobre todo si se tiene en cuenta a tantos presbíteros y fieles españoles que nutridos por esa liturgia -tan inmovilista y clasista  en palabras del autor- fueron al martirio perdonando a sus verdugos.

Tampoco acierta el profesor a explicarnos cómo aquellas celebraciones tan distantes y obsoletas congregaban a tantos fieles diariamente. Y cómo, sin embargo, la maravilla actual apenas mantiene hoy la afluencia a las iglesias en el domingo. Con las Misas diarias tan escasas de fieles que a punto están, en un gran número de parroquias, de convertirse en esas Misas privadas de las que el autor abomina durante toda su exposición.

Pero eso quizás lo expliquen en otro curso de la Universidad de Comillas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario