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lunes, 31 de enero de 2011

San Juan Bosco



“El sacerdote no va solo al cielo o al infierno; va acompañado de las personas que ha ayudado o a las que ha escandalizado. Por eso:
  • Me apartaré de todo aquello que me distraiga de mi vocación sacerdotal.
  • Trabajaré sin descanso a favor del Evangelio.
  • Lo haré todo con la paciencia y la dulzura de san Francisco de Sales.
  • Cada día dedicaré un tiempo a la oración personal.
  • Me mantendré siempre disponible a los demás, sobre todo en lo referente a la educación de la fe”.

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