lunes, 13 de febrero de 2012

Prácticas protestantes en la liturgia católica

 
Interesante artículo que publica la web Lex Orandi, bajo el titulo de "Prácticas protestantes en la liturgia católica", del sacerdote y liturgista Adolfo Ivorra, en el que se exponen con acierto las inclinaciones protestantizadas de sacerdotes y laicos dentro del mundo católico.

Entresacamos algunos párrafos de gran interés:

"Detrás de estas conductas está presente una especie de "apostasía interna", un enfriamiento de la piedad y de los propios convencimientos. La indiferencia de las masas nominalmente católicas es el principal obstáculo para una fructífera celebración litúrgica: no sólo en cuanto a la participación, sino también en su desenvolvimiento. Reducir la celebración litúrgica a categorías "seculares" que supuestamente deberían entender los "alejados" es traicionar la verdad acerca de la liturgia. Por otro lado, el mismo concepto de "alejado" es una irrisoria quimera, porque muchas veces se vive alejado por decisión propia. Los supuestos "pecados" de la Iglesia y sus miembros son casi siempre una excusa, no una razón para el alejamiento".

"Pero también hay otras prácticas que se alejan de la apatía, que exteriormente parecen fruto de una gran participación, pero que también evidencian el principio protestante. Me refiero a la tendencia que existe en algunas comunidades a suprimir la separación entre santuario/presbiterio y nave de la iglesia. Los que así lo hacen no pretenden negar la clásica diferenciación entre Iglesia celeste y terrestre en la celebración litúrgica. De hecho, simplemente no creen en ella. Lo que les interesa es poner en funcionamiento una eclesiología protestante: la no-distinción entre sacerdocio real y sacerdocio ministerial. Paradójicamente, el concepto de presbiterio no excluye los ministerio laicales. Al contrario, se supone que dichos ministerios, convenientemente dispuestos en el presbiterio con vestiduras litúrgicas laicales (alba/sobrepelliz), deben ejercer sus oficios litúrgicos. Pero suprimir la separación entre presbiterio y nave tiene como objeto también negar los ordines ministeriales: grupos estables encargados de ministerios litúrgicos específicos. La supresión generalizada de las vestiduras litúrgicas fue el primer paso. Negada una identidad litúrgica específica, llega el relativismo ministerial: como son "laicales", los puede hacer cualquiera. Se olvida el necesario encargo jerárquico y la naturaleza grupal de esos ministerios a lo largo de la historia.
Estas cuestiones no tienen fácil solución. Pero un primer paso es reconocer el problema presente en nuestras parroquias. Hay que recuperar nuestra identidad litúrgica católica. El ecumenismo no es sinónimo de sincretismo o de abandono de las propias convicciones. O por lo menos no debería serlo".

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