Hace dos meses, tras la toma de posesión de Mons. Francesco Moraglia de la Sede Veneciana, nos hacíamos eco en nuestra página de Facebook, de la increíble similitud entre las armas del nuevo Patriarca de Venecia, y de su antecesor en la la cátedra, Cardenal Sarto, San Pío X. Ahora se hacen eco diversos medios españoles e internacionales tales como La Cigüeña de la Torre.
Era un deseo nuestro, que al igual que sus armas son similares y ambos ocupan el Patriarcado de Venecia, sería inmejorable que Mons. Moraglia llegase al Solio Pontificio. Hemos ponderado la excelencia de este obispo italiano, ordenado sacerdote por el recordado Cardenal Siri. Un obispo sencillo, humilde, que en las inundaciones en su sede anterior, La Spezia, no dudó en ayudar a pie de calle a las familias llenado de barro su sotana, un hombre de una doctrina sana, fiel al Santo Padre, amigo de la Tradición, y un largo etcétera de virtudes. Ojalá en la Iglesia abundasen obispos como él, tan ejemplares. Recemos pues por él, y para que cuando llegue el momento, un Cardenal como él se siente en la Cátedra de Pedro, y que esto pase dentro de muchos años, para que nuestro querídisimo Sumo Pontífice gobierne muchos años más con el mismo acierto. ¿Será que tendremos otro Papa Patriarca de Venecia?
Sabemos que muchos obispos y sacerdotes padecen de úlcera desde que Benedicto XVI subió al Solio Pontificio, y se han prodigado en ataques ya sean directos o velados, con una desobediencia tenaz. Recemos por ellos, porque en definitiva son los que mayor daño hacen a la Iglesia, desde dentro, la secularización del seno de la misma Iglesia, es la que ha conseguido en cuarenta años minarla. Recordemos la hermeneútica de continuidad tan deseada por Benedicto XVI en sintonía con el Vaticano II, pero ellos quieren la ruptura, la reforma luterana.
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