viernes, 11 de noviembre de 2011

ESTO NO ES «AGGIORNAMENTO»

 
Les ofrecemos unas de las últimas palabras del Cardenal Angelo dell'Acqua, Vicario de Roma, que están de plena actualidad casi cuarenta años después. Agradecemos a Una Voce Cuba su colaboración.

"Estaría fuera de la realidad quien no conociese que la Iglesia está atravesando un período difícil de su historia.

Los motivos son innumerables: La crisis de autoridad y de fe; la desacralización que invade toda la sociedad civil y penetra incluso en la Iglesia; consecuencia de la dolorosa actitud de algunos sacerdotes y religiosos olvidados de la libre y obligatoria promesa pronunciada el día de su Ordenación o Profesión. Actitudes que turban profundamente a los fieles, sorprendidos, maravillados, digámoslo más claramente, escandalizados frente a las iniciativas que intentan subvertir la estructura de la Iglesia. Actitudes que hacen sufrir amargamente a quien es responsable en la Iglesia y no siempre se ve escuchado y seguido. Actitudes irresponsables que querrían crear un dualismo, una antítesis, una división en la Iglesia, proclamándose
carismáticos frente a la Divina Institución Jerárquica.


-No se sirve a la Iglesia desvinculándose del Magisterio de la Autoridad.

-No se ama a la Iglesia difundiendo dudas sobre verdades reveladas burlándose de las más nobles y santas Tradiciones.

-No se edifica la Iglesia enseñando una moral permisiva y devastadora sobre todo a las impreparadas conciencias juveniles.

-No se afianza la Iglesia obrando de modo personalista y orgulloso como si las enseñanzas del pasado hayan de derribarse y todo modificarse.

-No se ennoblece la Iglesia adecuándose a las infatuaciones, a las modas, a los sistemas del tiempo creyendonhacerse más agradable e interesante; olvidando por el gusto de noticia
momentánea, el sentido sagrado e histórico del Mensaje de Salvación que la Iglesia debe llevar. 


-No se santifica la Iglesia lanzándose de cabeza al torbellino incontrolado del dinamismo, del tecnicismo, del activismo, olvidando la esencialidad insubstituible de la vida interior, de la oración, de la austeridad, de la santidad, de la unión con Dios: ¡sin Mí nada podéis hacer!


Todo esto no es «aggiornamento» de la Iglesia: es subversión, es aventura que deja tras de sí sólo ruinas y desorden moral".

(Fragmento del llamamiento del Cardenal Vicario Angelo dell'Acqua, en la fiesta de los Apóstoles S. Pedro y S. Pablo, año 1972.)

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