Traemos estas instantáneas de unas ordenaciones de diáconos, conferidas por Mons. Juan Hervás y Benet, Obispo-Prior de las Órdenes Militares, Obispo titular de Dora, Prelado de Ciudad Real. Vemos la belleza de las ordenaciones con la Forma Extraordinaria del Rito Romano, y el antiguo esplendor de la liturgia, que nos llevaba a Dios con los gestos litúrgicos y con los ritos. Esperamos que volvamos a ver en nuestra diócesis aquella misma unción y belleza, totalmente perdidas.
No nos pasemos. Esas ceremonias en Ciudad Real carecían de cualquier esplendor.La capilla del Seminario Antiguo era pequeña y pobre, y la Catedral directamente era un estercolero. Mutilada en su patrimonio, dejada en su mantenimiento..
ResponderEliminarQuerido amigo, el esplendor de la liturgia no viene dado por el sitio, viene dado por la misma Liturgia en sí, por la belleza, pos su noble sencillez. Son dignas de mención las Misas de camapaña en campos de batalla entre lodo, pero con absoluta belleza litúrgica y decoro.
ResponderEliminarNoble sencillez...Al final va ser usted un discípulo de Bugnini.
ResponderEliminarSí noble sencillez, por supuesto, noble sencillez no es lo mismo que cotidiana chabacanería. Los ornamentos, la liturgia, cuidados y tradicionales pueden ser sencillos, y no menos nobles. Lo que nunca será noble sencillez serán las misas inventadas y celebradas sin piedad y con tedio, los ornamentos que no se usan, o simplemente son vulgares, los vasos sagrados indignos, etc. No se confunda, amar la liturgia no es solo celebrar la misa en el altar de la confesión de San Pedro con ornamentos bordados en oro,y con el boato de la liturgia papal.
ResponderEliminar¿Se pueden ordenar diáconos a casados y a jovenes laicos sin hacer voto de celibato?
ResponderEliminar